Existen muchos modos de Primal desde los que se identifican con un animal especifico, un poderoso felino o uno juguetón y explorador, para nombrar algunas de las posibilidades- hasta los que buscan aflorar el salvajismo primitivo de nuestros distantes antepasados.
Una "sesión" Primal puede ser desde un extremadamente violento enfrentamiento de fuerzas, en la búsqueda de establecer el dominio sobre el otro hasta una perversa demostración de afecto sumamente juguetona y cariñosa.
Algunos Primales forman jaurías, manadas u otras formas de colectivismo primitivas, otros se ven cómo "depredadores" solitarios, a la búsqueda de relaciones ocasionales y también los hay que forman parejas estables, todas estas formas de relacionarse tratan de copiar las dinámicas presentes en la vida silvestre. Obviamente, la escena Primal , aplica los conceptos básicos de seguridad del BDSM, hay consenso previamente expresado, hay limites duros y blandos, palabras de seguridad, Etc. Lo que no hay es elaboración, planificación, todo es -idealmente- instintivo e improvisado.
El cazador o depredador se considera el tipo dominante. Esta persona suele definirse por ser agresiva, posesiva y dominante.
Pueden encarnar cualidades asociadas con el comportamiento animal o simplemente las partes más viles y motivadas por las necesidades de la naturaleza humana.
Estas personas tienden a sentirse atraídas por aquellos que desempeñan el papel más débil o menos poderoso.
Un primer encuentro primal puede empezar con un intercambio de miradas, una inspección mutua en la que todos los sentidos van involucrándose progresivamente sobre todo olfato y tacto.
En dichos encuentros primal lo gestual predomina sobre lo verbal, por ejemplo: una invitación con una mirada por sobre el hombro que se podría traducir a "seguime".
Al enfrentamiento suele seguirlo, simple y llanamente, sexo duro, lleno de mordidas, rasguños, gruñidos (y otros sonidos pre-verbales), vocabulario "obsceno", spank, tirones de pelo y el empleo de la fuerza para restringir la movilidad de la parte sometida. Dientes y manos se vuelven una manera efectiva para infligir dolor y marcar a la presa.
El Primal tiende a favorecer las "armas propias" (los dientes, las uñas, la fuerza muscular...) por sobre los elementos más sofisticados o "civilizados". Cuanto más purista el Primal, más alejado de las fustas, los látigos, las cuerdas, los grilletes y más cercano a la utilización del cuerpo propio de forma exclusiva.
El Muro