Y cuando estamos solos en la habitación y me convierto en tu dueño, tu respiración se agita, tus latidos aumentan y comienzas a mojarte en los jugos de mi dominación.
Lo deseas... te muestro que sólo gozarás de tu éxtasis si aceptas la disciplina. ¿Estás lista para ser azotada?
El Muro