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Resultados de la búsqueda del tag: "bdsm costa rica"
DomOctavio H

Sí, ya. Todo de lo que hablamos acaba resultando ser “un pilar fundamental en cualquier relación BDSM”… Básicamente porque todo son distintos aspectos de lo mismo y están todos tan íntimamente interrelacionados que no es posible unos sin los otros. Y de hecho, es así en cualquier tipo de relación, sea bedesemera o no, de pareja, familiar, de amigos, de negocios,… Pero aquí hablamos de relaciones BDSM, que para eso es un blog del tema.

 

Las relaciones BDSM en cualquiera de sus posibles versiones y variaciones (D/s, Sm, larga duración, encuentros ocasionales, pareja, múltiples, abiertas, cerradas, acuerdos para bondage, o lo que sea) requieren un importante ajuste entre sus miembros de las necesidades, deseos y expectativas de cada uno de ellos, ya que el éxito de la relación está en que ambas partes se complementen y todos encuentren lo que buscan y desean de forma satisfactoria. Si no hay una comunicación fluida y exhaustiva, ¿cómo hacerlo?

 

El dar por entendidas las cosas, el presuponer que el otro piensa lo mismo que yo sobre cómo va a discurrir nuestra relación, qué vamos a hacer y qué no, bajo qué parámetros… puede llevarnos a descubrir, cuando ya es tarde, que hay importantes incompatibilidades entre nosotros. Que nuestros irrenunciables y nuestras limitaciones no cuadran, que no buscamos lo mismo. Tal vez hablamos mucho de cosas que nos emocionaban o nos ponían a cien, pero nos dejamos temas en el tintero que ahora suponen un importante obstáculo, y ahora resulta que “es que esto no era lo que yo creía que iba a ser…”.

 

Entonces llega la frustración, los desengaños, la desilusión, los reproches…

 

No vale aquí el “todo el mundo sabe que cuando se dice tal cosa, quiere decirse…” ni cosas parecidas. No basta con decir “todo será muy SSC”. Hay que hablar, hablar de todo lo que podáis imaginar, llamando al pan pan y al vino vino. Y después de hacerlo, hay que pensar en más cosas que puedas imaginar y hablarlas también.

 

La sutileza, la retórica y los adornos están muy bien para algunos momentos, son también fórmulas de comunicación, más románticas o poéticas y alimentan ciertos aspectos de muchas relaciones, pero para construir y luego mantener una relación, no podemos fundamentarla en poesía. Hay que COMUNICARSE mucho y bien. Y por desgracia el comunicarse de forma asertiva no es una habilidad que generalmente las personas dominemos y ejerzamos de forma  habitual.

 

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En ocasiones, en una relación D/s, un mal entendido deber de acatamiento de la parte sumisa respecto a los deseos y órdenes provenientes de la parte dominante, genera una incomunicación que acaba siendo letal para la relación. Tal vez menos frecuente, pero igual de peligrosa, es la suposición de que la parte dominante es todopoderosa y no tiene dudas, ni nada que deba comunicar y compartir con sus sometidas.

 

Por muy estricta y protocolaria que sea la relación que hayáis elegido mantener, siempre debe haber una vía para la comunicación. Tiene que haber espacios y momentos para que se puedan plantear con sinceridad las necesidades de todos los implicados, para que los desajustes y problemas sean conocidos por todos, puedan solucionarse de forma constructiva y sea posible continuar avanzando. El “yo mando y tú obedeces”/”yo sólo estoy para obedecer sin hablar”, no sirve de nada cuando uno de los miembros de la relación no es feliz, por mucho que se haya acordado previamente un intercambio de poder más o menos intenso.

 

Las personas sumisas SI tienen necesidades, deseos, problemas,… y deben encontrar en la relación la satisfacción real de ellos o la cosa no funcionarán.

 

Y la parte dominante, además de tener también necesidades más allá de empuñar una fusta, NO es adivina. No es verdad eso tan bonito de que con ver el palpitar de tu piel y mirar el profundo de tus ojos va a saber qué necesitas en cada momento.

 

La comunicación no verbal es importantísima, pero no puede sustituir la eficacia de cien conversaciones transparentes y sin tapujos.

 

Mi consejo para terminar, es que dediquen tiempo a hablar no solo temas BDSM. Un café,  hasta un almuerzo fuera de rol de vez en cuando donde puedan conocer a su sumisa y volverte no el amo sino el amigo, es algo que fortalecerá la relación, y su sumisa agradecerá más que cualquier otra cosa
DomOctavio H

Un paseo. Las calles se abren como las vetas del mármol pulido y brillante. Mil edificios como atalayas desde donde los hombres esperan e inventan mil vidas escondidos en sus rincones, mil destinos por cumplir con cada ser humano que camina distraído, y que podría abrir con sus ojos las puertas del paraíso. Pero ellos nada saben. Tienen los tentáculos rodeándoles el cuello, amasando las costuras de su cuerpo con la feroz dulzura de un deseo. Caminan ajenos, se consumen como el cuerpo iridiscente de una cerilla. Cada flor es una tragedia que olvidar pero intensa como un crepúsculo. El cielo sangra y sangramos todos. Hinco las rodillas en la arena y mi reverencia no aplaca la caída cárdena del sol. Desde esa ventana alargo mis manos invisibles, profiero los susurros mas delicados mientras el mundo baila moviendo el vientre y los tambores crepitan quemando los campos del pudor. No puedo dejar de imaginarme que sería si mis suplicas ahogadas fueran atendidas, si cada fruto de la tarde resonase con mis caricias y quisiera contar un cuento dentro de otro cuento hasta agotar los pulmones de la imaginación. Querría vivir mil historias silenciosas. Que la muerte se vistiera de negro, de negro pupila, y las voluntades se condujeran bajo el hechizo de ser una serpiente enroscada y trémula, música para mis oídos, música para perder esta perfecta individualidad. Izo las velas, tiendo los remos y diviso que el horizonte huele a alquitrán. Preparo mi barco furtivo hecho con las entrañas de mil hombres desalentados. El cielo augura tormenta pero mi sonrisa conjura los vientos que han de llevarme hacia la conquista. La marea es débil, un rumor sordo tendido como el telón del infortunio. No me importa. Soy una pirata hambrienta de tesoros, de corazones que cambiaré por los míos. Navego alucinada con la obsesión del abordaje. Mil hombres y mujeres han de sucumbir a mis redes. Llevo en el pecho la canción de la sirena. El aire gris de los adoquines se tornará melifluo a través de mi garganta. Quién reciba mi evangelio olvidará la inteligencia de sus pasos y me pedirá que le aúpe a mi embarcación hecha de anhelos. Las calles son enjambres que rezuman la apatía del conformismo. Atravesare sus mejillas de nácar y vertiré mi sangre sobre las alcantarillas. No quedará una fuente sin el olor del vértigo y la viscosidad de los efluvios prohibidos.

 

 Allí está. Sorbe su café y sus labios se le arrugan entre espirales de vaho. Está sentada frente al espejo, traslúcida como una medusa de largos y ensortijados brazos, inaccesible como la luna. Me detengo frente a ella y mis piernas querrían atravesar mil continentes antes que permanecer quietas para que yo la contemplase. No las culpo. Son las hijas del miedo primordial como cada una de mis células, infectadas desde su primer desdoblamiento. Pero ya no temo. Gobierno un barco fantasma construido con la fe del delirio y la fragancia de mil rosas ensangrentadas cuyo último estertor conservo en un frasquito de cristal. Su cara brilla con la baba áurea del sol. Es porcelana esmaltada por las manos del único misterio. La sangre se remansa sobre los labios fruncidos, duros como la invisibilidad que nos separa. La miro enloquecida, mis ojos sobrevuelan su frente como dos cometas desorbitados, consumiéndose sin que su estela pueda despertarla, conmoverla. Atravieso el umbral de la vigilia y me conduzco a su lado. Sigue distraída. No me ve ni me huele. Recorre las praderas de Júpiter o se desliza en patines por los anillos de Saturno. Quizá imagina también su barco alado y solo espera el guiño del mar para vivir. Acerco mi cara a la suya. La distancia no existe cuando el miedo no puede ya medirla. Poco importa que me descubra oliendo su cabello, rozándola con mi nariz hasta el estremecimiento. Ella está en Júpiter y yo soy un ángel caído. Continúo mi danza de redención durante lo que me parecen mil eternidades. Cierro los ojos. Hacia donde me dirijo no hay ya nada que ver. Tiendo mi mano y ella tiende la suya. Siento el ritmo del mundo en cada intercambio. Vida y muerte correteando por sus bronquios en un repiqueteo que podría interrumpirse en cualquier momento. No debo perder mas tiempo.

Pero, ¿acaso el tiempo se pierde cuando nos fundimos en la verdad? ¿Acaso la vida pasa cuando reposamos sobre dunas sedosas de un cuerpo humano? No lo creo. Tengo la calma de una nube peregrina. Sé que al fin estoy donde debo. Que mis deseos son una dinfonía perfecta y ella una bella e infinita caja de resonancia. Giro la manivela y la bailarina entona du canción. Despierta de su abismo y me sonríe con la suavidad de un dios. Pronuncia mi nombre. Lo repite. Una vez. Otra. Mi cuerpo la abraza y juntos estallamos como rompe la autora, como rompe el principio y el amor, la muerte que siempre quise para mí.

Ahora me habla y su voz no se oye, la siento tronar en mi alma: eres mi reflejo…

DomOctavio H

En esta entrada me gustaría contar con su ayuda, me gustaría que ayudaran a resolver una duda que me embarga y me explico.

 

Todos en algunas ocasión hemos usado el sexo (imagino que el spanking lo entendemos también como sexo, con sus características especiales, pero sexo al fin y al cabo), como medio para canalizar. Y el ejemplo más claro de ello, es ese dicho popular, que dice que: “lo mejor de las discusiones, son las reconciliaciones”. Ejemplo claro de que a través del sexo, canalizamos una situación incómoda o de malestar.

 

Dentro de los juegos, un ejemplo evidente sería un tema del que ya hemos hablado en varias ocasiones, usar el spanking, para resolver una situación de estrés, el típico mal día que todo ha salido mal y se busca juego para canalizar ese disconfort. En los dos casos expuestos el sexo además de su papel principal de actividad gratificante y divertida, cumple un papel de medio para canalizar una situación incómoda o de malestar, para olvidar y es algo que creo que todos hemos hecho en más de una ocasión.

 

Ahora bien, también intuyo que muchas personas, en un determinado momento, no solo pueden usar el spanking como medio de canalización, si no también es usado como medio de satisfacción. Ósea como manera o apoyo para conseguir satisfacer unas necesidades que van más allá, del deseo sexual y de en un momento determinado olvidar un mal día. Que son necesidades más profundas y arraigadas, cuyo origen no tiene nada que ver con el sexo, ni con el spanking y que sin embargo a través de los juegos son plenamente satisfechas de manera indirecta. Me estoy refiriendo a colmar a través del spanking, una necesidad de atención, de protección, de sentirse querid@ o desead@, de ser visible no solo en lo bueno y evidente, sino también en los defectos y lo que se muestra.

 

¿Y ustedes que piensan, puede ser el spanking un medio de satisfacción, de necesidades, mas allá de las estrictamente sexuales? Ahí dejo la pregunta.

DomOctavio H

Algunos creen que por tener experiencia en estos juegos se conoce al dedillo los entresijos; pero qué va. Aun a día de hoy me sorprendo con cada uno de ellos porque mi camino de baldosas amarillas tiene una característica: nunca se repite una baldosa. A simple vista parecen iguales pero con

 detenimiento se aprecian un sinfín de matices.

 

 Sin duda, la sensación que más mariposas crea y no siempre se desata igual es la que hace sentirme poderoso asumiendo el control. Un simple detalle o gesto, puede cambiar mucho la percepción de un juego y por ello las sensaciones; incluso dentro de ese gesto, hay un sinfín de detalles que pueden provocar muy distintas sensaciones, según cómo juguemos. Con ese revoloteo de sensaciones tan dispares y a la vez armónicas, devoramos nuestra inocencia dejando las buenas formas en el rincón, consiguiendo que tu cuerpo se abandone a mi antojo, sintiendo ambos que la mente vuela en una tormenta de emociones.

 

 Incluso repitiendo el mismo ritual, la postura, el instrumento o el número de azotes, las sensaciones no se repiten. La incertidumbre conocida, la comodidad incómoda, el goce doloroso, la ternura violenta, la dominación amorosa, la protección rigurosa, son algunas de las sensaciones que experimentamos tú y yo a medida que jugamos y aun conociéndolas nunca se repite ni la forma ni la intensidad de las mismas. Todo ello hace que ambos no dejemos de sorprendernos y disfrutemos como si del primer juego se tratase.

 

 La realidad es que un juego no será dos veces igual, ni en sensaciones sentidas ni en emociones perseguidas. Haciendo de cada paso en el camino, todo un juego divertido, sorprendente e inigualable.

DomOctavio H

Una azotaina siempre tiene un doble objetivo, que se fusiona durante la misma: dolor y placer o más bien hacer de dolor un placer, pero la forma en la que se aplica puede variar mucho la supremacía de una sensación sobre la otra. Si se desea que predomine el placer, la azotaina debe de aplicarse de forma gradual, dándole la oportunidad a la carne de aceptar su entrega. Si lo que se pretende es potenciar la sensación de dolor, se trata de crear una coreografía, para resaltar el dolor y la humillación (dentro de un límite).

 

Para ello la posición de la azotaina juega un papel fundamental, si queremos que predomine el placer, una posición cómoda y relajada, es lo ideal, Cuanto menos se dobla la cintura, el relleno natural de las nalgas mejor absorbe el impacto, cuanto más se dobla la cintura, la piel y los músculos quedan más tensos y mayor es la picadura de cada azote. Entonces si buscamos una azotaina que potencie el placer no ha mejor posición que otk (sobre las rodillas), ya que permite un vinculación directa y además la sensación de luchar sin que tener que luchar contra la reacción instintiva de huida, para así concentrarse en las sensaciones que está sintiendo y transformarlas en placer. El contacto corporal directo que otorga esa posición es tranquilizador y relajante, ya no solo la palma de la mano, si no que la mano libre en la espalda o las piernas debajo provocan un contacto físico constante, eso lleva a conseguir un disfrute del dolor, permanecer en la cima del mismo, sin caer al abismo, que queda tapado por una bruma de endorfinas que difuminan la dualidad entre dolor y placer.

 

“Si la intención es que domine el dolor, la posición elegida será con la cintura más doblada, hay muchísimas posiciones con más o menos grados de inclinación, en este caso no hay sujeción de ningún tipo, salvo la orden de que debe mantener su posición hasta que se le diga, eso provocara una lucha entre la reacción de huida y la reafirmación de su presentación y cada segundo que permanece inmóvil aumenta la sensación de humillación y vergüenza. En cuanto a mí, el placer de control absoluto ante la escena es inigualable.

 

Cuando se azota potenciando el placer, los azotes se empiezan a aplicar de manera suave y progresiva, me gusta la idea de empezar con la ropa puesta, seguir por encima de la ropa interior, para terminar con la piel desnuda, haciendo pausas, para acariciar y comunicarse durante las mismas, esas pausas son fundamentales, para que la próxima tanda se genere una natural resistencia al dolor y se pueda aumentar el ritmo y la intensidad, conforme vayamos notando un aumento del dolor, esas caricias se pueden transformar en más íntimas, estimulando directamente la zona genital, mezclando así el ardor de los azotes, con el placer de la estimulación sexual, con el objetivo de mantenerse siempre en esa invisible frontera de dolor y placer, disfrutando de como la piel va mutando del ligero rosado al brillante escarlata.

 

Cuando se trata de potenciar la experiencia dolorosa hay una norma a tener en cuanta, el efecto de un azote, no puede diluirse antes de recibir el siguiente, tal vez la mejor manera de asegurarse esa sensación, es usar instrumentos, también hay que insistir en algunas zonas en especial, más sensibles, como el pliegue de las nalgas con los muslos. También se trata de aumentar la humillación y la vergüenza y contar los azotes por ejemplo es un buen sistema, ya que se toma conciencia de cuantos más tiene que soportar y de alguna manera es consorte de su propio castigo.

 

Una vez terminados los azotes, también debemos asegurarnos de una correcta vuelta a la normalidad. Dependiendo de la intensidad del juego, esa vuelta puede ser de muchas maneras, a veces basta con un abrazo o simplemente con tiempo de silencio para permitirle que ella sola vuelva al estadio inicial, otras puede derivar en sexo casi inmediato, en una larga sesión de caricias con la aplicación de cremas o refrescar la zona, algo que puede ser un placer en sí mismo. Otras veces se impondrá un periodo de cuarentena, que alargue psicológicamente el castigo, un tiempo en el rincón, la prohibición de aliviarse el escozor de ninguna manera, tener que sentarse en una áspera silla o incluso ser poseída en la misma posición de la azotaina, haciendo que a cada embiste las pieles choquen, la variedad de finales es muy amplia y debemos elegir el que mejor se adapte a las sensaciones que queremos crear.

DomOctavio H

Lo primero que tengo que decir, es que aunque alguien puede pensar que yo poco puedo hablar del dolor, salvo si es por empatía, mi rol en el juego es el de spanker, espero que cuando lea esto cambie de opinión.

 

El spanking es un juego mental, aunque al acto en si sea físico. Pero creo que nadie me pondrá en duda que si solo tuviera ese componente físico no tendría lógica, es cuando se pone la parte física dentro de un contexto, cuando a través del spanking también le damos salida a nuestras necesidades, deseos y anhelos, ósea que su influencia va más allá de las sensaciones físicas.

 

Mucha gente lo puede ver como un  juego de recompensas y castigos y yo me pregunto ¿exactamente que es recompensa y que castigo?, porque la distinción se me hace realmente difícil, así que tampoco me sirve, es algo más que pretender un castigo, para luego obtener una recompensa. Por lo tanto el dolor como sensación física es una parte del juego más, imprescindible, pero no definitiva, sin todo los demás no sirve de nada.

 

El spanking es también un acto erótico y por supuesto sexual, solo la intuición de  un juego es más que suficiente, para que todos nosotros sintamos excitación sexual y todavía no he tenido juego real, durante el cual yo y la otra persona no hayamos tenido una reacción corporal de excitación innegable.

 

Los  humanos somos seres sensuales, y hay una seria de sentimientos profundamente contradictorios que se gestionan en las mismas áreas de nuestro cerebro, sentimientos y sensaciones como el dolor, el placer, la ira, el miedo o la sensación de confort, podríamos decir que son hermanos de sangre y a poco que conozcamos como son los juegos, vemos que todos y cada uno de estos sentimientos aparecen durante un juego, pero es que además somos capaces de hacer algo más, podemos cambiar el significado de lo que sentimos según la experiencia y es ahí donde sobrepasamos la línea de lo meramente fisiológica, para adentrarnos en algo más profundo, la estimulación mental. Sin que se diera esa estimulación mental, lo más probable es que el acto físico nunca seria erotizado.

 

¿Y porque cuento todo esto? Pues para intentar explicar mi experiencia con el dolor, desde la distancia que mi rol tiene con el dolor físico. Porque esa es la única sensación, que no siento durante un juego, ni dolor ni placer físico, es todo mental, a diferencia de la parte spankee, que durante el juego tiene un desahogo físico, el dolor puede ser un eficaz desahogo físico, el spanker yo en este caso, siento miedo, siento confort, siento excitación….pero siempre todas esas sensaciones son gestionadas desde la contención. En un juego toda la fase previa del mismo, sirve para subir la tensión hasta el punto máximo, hay que generar ese deseo mental del que hablábamos para llegar a transformar la sensación física, pero el spanker lo hace desde la dominación y el control, no tiene la válvula de escapa de la parte física durante un juego y eso puede llegar a ser muy doloroso, no físicamente, pero si mentalmente, el dolor de la contención, aprieta y aprieta mucho a veces. Habrá quien piense que los azotes, pueden ser una forma de evacuar ese exceso de contención, pero se equivoca los azotes, son el máximo ejercicio de contención, que se puede dar en un juego, excitantes muchísimos pero nunca puedes permitirte dejarte ir del todo.

 

Y la prueba de ello es como llegamos a la final de un juego, ósea a ese momento donde podemos dejar la contención, porque volvemos a estar en un mismo plano. Solo hay dos finales posibles, en uno urge el desahogo sexual puro y duro, en el otro un punto de agotamiento placentero, de paz y comodidad muy visible, como si acabarás de salir de la ducha después de correr una marathon.

 

Cada vez tengo más claro, que spanker y spankee somos en realidad masoquistas, que mientras unos (spankees) expresan su masoquismo a través del camino recto, otros (spankers) lo expresamos paradójicamente a través del sadismo.

 

Para entender esto que en sí parece una extraña contradicción, solo hay que entender que todos disfrutamos tanto del acto, como de todo el contexto donde se produce el acto y el contexto puede ser tan doloroso como el acto en sí.

DomOctavio H


 

Pues voy a intentar compartiros lo que siento yo y lo que ocurre cuando se terminan mis juegos.

 

Sin duda lo primero que siento es calma. Una calma similar a la paz después de un orgasmo pero con el añadido que esa paz se dilata en el tiempo más allá de unos minutos. Puede durar horas e incluso si el juego ha sido muy intenso, tanto física como emocionalmente, esa paz interior me dura días. Hay otros juegos que, por la carga pícara y traviesa que han tenido, sigo guerrera e incluso quiero más.

 

Cuando se terminan los juegos, a ambos nos inunda una energía que bien nos hace sucumbir a Morfeo, bien nos excita aún más y nos lleva a otro tipo de juegos. Necesitamos tanto como deseamos colmar con caricias, besos y algún que otro mordisco tu piel y la mía. Te inunda el deseo tanto de frotarte las nalgas contra mi cuerpo como que lo hagas yo con descaro y alevosía. Pero también hay otras ocasiones en las que buscas cobijarte en mis brazos, estar junto a mí y nada más.

 

Eso es lo que ocurre y sientes en los momentos inmediatos a los juegos. Pero según pasan las horas y los días las sensaciones van cambiando, te inunda una sensación de seguridad sin igual. Te sientes radiante y llevas contigo una sonrisa tan especial como las marcas que te acompañan en las nalgas. Marcas que, unas veces sin querer y otras “sin querer queriendo”, se rozan con tu ropa, recordándote las travesuras con las que tú y yo transgredimos.

 

Me sientes tan segura que eres  capaz de “comerte el mundo”. Energía y optimismo se convierten en tus motores. Una energía que no dudaras en usar para hacer alguna que otra travesura, buscarte las cosquillas o disfrutar de un juego mental conmigo mediante una conversación banal.

 

Te sientes tan bien contigo misma y tan bonita que solo tienes ganas de ser para mí, y  de ser y de estar conmigo

DomOctavio H

Todo un juego de sensaciones, que bien podría narrarse así.

 

Nervios:Es ese torrente que fluye por tu  vientre, cuando te  dicen te voy  a azotar, nervios que se transforman en excitación.

 

Es la excitación física de saber que dentro de nada vas a estar en mis rodillas, medio vestida pero sintiéndote más desnuda que sin nada de ropa, sintiendo mi cuerpo caliente y como mis manos fuertes y firmes te tocan y te sujetan. Y excitación de pensar que cuando todo termine, nos reconciliaremos a través de nuestros cuerpos.

 

Es la excitación mental de saber que ya no tienes el control, que a partir de ahora, tu mente se bloquea para obedecerte, que te pongo a mi disposición, que soy yo  quien toma las decisiones sin consultarte, sabes que yo decido  como y cuanto, te  excita, es un extraño placer, como en un baile que me une a ti. Me excita esa sensación de confianza ciega y  mutua, no tenemos muy a menudo esa oportunidad de confiar a ciegas en alguien.

 Sé que te  va a doler, pero no te voy a hacer daño.

 

Miedo: Estas en mis rodillas, tienes el vestido levantado, tu ropa interior están a mitad de camino de donde deberían, sé que  notas la presión de mi mano apoyada en tu espalda, como paso mi pierna por encima de las tuyas, te  siento indefensa, sin ningún control de la situación, pequeña y vulnerable, eso da miedo, tu cabeza te  dice que luches, que me vayas!, pero  ese mismo miedo es a la vez atracción, porque a la vez sientes que cuido de ti, que nada malo me puede pasar, que todo va encaminado a sentir y a disfrutar, te siento totalmente comprometida contigo a pesar del miedo, te siento segura.

 

Dolor:Los primeros azotes duelen sobre todo por la sorpresa y la tensión, tu cuerpo esta tenso, pero a media que van cayendo te  relajas y toda esa excitación hace de anestesia, me relajo  y siento, poco a poco voy notando el calor que sube y reaparece el dolor, esta vez no se diluye, va en aumento, cada nuevo azote sube un poco más su intensidad y empieza a ser la sensación dominante, lo que invade todo y tu cabeza empiezas a suplicar en silencio que pare, vuelve la lucha, quieres poner las manos, gritar, pero no lo haces otra parte de cabeza  te pide que aguantes un poco más, que vivas esa experiencia, las sensaciones son contradictorias de nuevo, la impotencia de no oponerte, no casa con la excitación que moja tu entrepierna y finalmente cesan los azotes y solo notas picor, ardor que se irradia por todo tu cuerpo, necesitas coger aire profundamente, estas agotada.

 

Necesidad: Después de ese vacío de tiempo, empiezas a sentir nuevas necesidades que colmar, toda esa mezcla de sensaciones tensión, nervios y miedo han desaparecido, solo continua contigo el dolor, pero aparecen de nuevas, te siento pequeña, tierna y muy vulnerable, siento que  necesitas mis brazos, que te toque, que  te que acaricie, necesitas decir algo pero no te salen las palabras, a veces incluso tienes  ganas de llorar, sabes que tienes que esperar, a reordenar todas esas sensaciones, que necesitas un poco de tiempo de soledad sin que me  vaya. Enseguida el dolor y el picor que todo lo invaden, se vuelve un ardor agradable, tu cuerpo es todo ansia de placer, de experimentación, vuelves a ser consciente a sentir la excitación, esta vez mucho más lasciva y sexual, necesitas que te haga mía, sentir otra vez mis  manos, mis  dedos y otras cosas corrompiendo tu cuerpo, volver a sentirte mía de otra manera.

 

Paz:Es la palabra que mejor describe, el final de todo este carrusel de sensaciones, es lo que sienten nuestros cuerpos y  mentes después de un juego, una sola palabra: paz. Después de toda la guerra de sensaciones que acabamos de sentir, todo termina en paz.

Adrenaline AD


"En el juego de niños "Confia en mi", una persona está detrás de otra. La que está delante se deja caer hacia atrás, confiando en que la otra le cogerá antes de caer al suelo. "Confía en mi" contiene un elemento de peligro, el riesgo de no ser cogido a tiempo y de hacerse daño. La persona que se deja ir deposita una gran confianza en la persona que le va a coger. Cuando la persona que cae confía lo suficiente en la persona que le va a coger como para dejarse ir completamente, y el receptor actúa como está planeado, ambos jugadores experimentan un momento de euforia que es difícil de reproducir de cualquier otra forma.








Es acerca de la confianza
El BDSM es similar. El mito es que se trata de algo abusivo y raro - !látigos y cadenas! En realidad se trata de confianza. Cuando la confianza sobrepasa la posibilidad de sufrir algún daño, el resultado puede sentirse como increíblemente íntimo y erótico.

Hay varios términos para el BDSM: un juego de poder o de Dominación-sumisión (D/s) porque un amante tiene el control sobre el otro, al menos nominalmente; sado-masoquismo (SM), que implica azotes, flagelación u otros tipos de sensaciones intensas; y bondage y disciplina (BD), que implica inmovilización. Pero el término actual es BDSM.

Mucha gente considera el BDSM como algo pervertido, deshumanizante, o algo peor. Pero los aficionados la consideran como la más amorosa, fortalecedora e íntima forma de contacto y de juego entre humanos. La gente puede tener sexo sin conversar, sin negociar, o sin ninguna conexión emocional. Pero en el BDSM, los jugadores siempre preparan las cosas con antelación con una comunicación clara e íntima, lo que crea un lazo especialmente erótico.


Solo otra forma de jugar
Pero toda la evidencia disponible señala que la gran mayoría de entusiastas del BDSM son personas mentalmente sanas y típicas en cuanlquier aspecto - excepto que encuentran el sexo convencional ("vainilla") insatisfactorio y quieren algo más intenso e íntimo. Antes de condenar el BDSM, hay que recordar que no hace mucho el sexo oral y la homosexualidad eran considerados "perversiones".

De un 2 al 3 % de los adultos americanos juegan con el BDSM, muchos ocasionalmente, otros a menudo y unos pocos lo hacen únicamente de esta manera. Eso significa alrededor de 5 millones de personas. Mientras tanto, alrededor de un 20% de los adultos reconoce excitarse con las imágenes e historias del BDSM.

Hay clubs de BDSM públicos y grupos privados en cada gran área metropolitana y a lo ancho y largo de la América rural. Y muchas ciudades tienen más de uno.


Nunca abusivo
Si sientes repulsión por el BDSM, no juegues de esa forma. Pero la imaginería del BDSM permea la sociedad. Henry Kissinger dijo que el poder "es el mayor afrodisiaco". Los reyes y las naciones han luchado por dominar a otros. El Capitalismo asume un mundo en el que el pez se come al pez, donde el éxito significa ejercer el control. Y en el deporte, los jugadores se esfuerzan en "humillar" a los oponentes.


Pero ¿qué tipo de persona se excita con el dolor? Muchas personas que son perfectamente normales en cualquier otro aspecto. De nuevo, consideremos el ejemplo del deporte. Cuando un jugador de fútbol juega brillantemente, a menudo los otros jugadores le dan unas nalgadas, le pellizcan, le dan puñetazos amistosos o le golpean el casco. El receptor acepta este "abuso" agradecido, como una señal de aprecio y afecto. O consideremos al escalador de una montaña: se quema con el sol y el viento, está lleno de arañazos, y para cuando llega a la cima está dolorido y exhausto. Pero se siente eufórico.


Desgraciadamente, el BDSM que se ve en los medios ha distorsionado grotescamente el dolor que los sumisos experimentan. Son más teatrales que realistas. Cuando este dolor es infligido por Dominantes éticos y cuidadosos ("doms" o "tops"), el BDSM no es nunca abusivo.

"Siempre es consensuado", dice Jay Wiseman, autor de SM 101. "El abuso no existe. No necesitas de ataduras, mordazas o látigos para abusar de alguien. En unas manos amorosas, este equipo estimula la excitación sexual, permitiendo que ambos jugadores disfruten de su interacción, o "escena", como un buen, divertido y limpio juego erótico." Cuando el BDSM inflige dolor real, siempre está cuidadosamente controlado por el sumiso ("sub" o "bottom") que especifica claramente sus límites por anticipado.

Los sumisos son muy particulares acerca de los tipos de dolor - muchos prefieren llamarlo sensación intensa - que les proporciona placer. "Los sumisos experimentan las picaduras de avispas o los puñetazos en la cara exactamente igual que cualquier otra persona", dice Wiseman, "y les desagrada tanto como a los demás".


Palabra de seguridad
El BDSM es más teatral que real. Las sesiones son llamadas "escenas" y los participantes coreografían cuidadosamente sus movimientos por adelantado.

Primero, los participantes se ponen de acuerdo en una palabra de seguridad, una señal para parar que el sumiso puede invocar en cualquier momento. La palabra de seguridad inmediatamente detiene la acción - al menos hasta que los jugadores discutan la razón por la que el sumiso la ha invocado, y se ponen de acuerdo en continuar. Una palabra de seguridad popular es "luz roja".

Algunos términos no se pueden usar como palabras de seguridad, como "stop", "no", o "basta", porque tanto dominantes como sumisos a menudo disfrutan con las "súplicas" para detener el juego, en la seguridad de que no se detendrá.

Cualquier dominante que no cumpla con el acuerdo de detener el juego cuando el sumiso invoca la palabra de seguridad está violando la confianza del sumiso y destruye la relación. Los dominantes que incumplen este pacto son apartados de la comunidad BDSM.


Los sumisos están al cargo
Aunque los sumisos aparentan servilismo y sumisión, la ironía del BDSM es que en realidad están al cargo. Los sumisos pueden invocar la señal de seguridad y el dominante tiene que obedecer inmediatamente. Mientras tanto, el dominante actúa como tal, pero también deben ser cuidadosos y atentos, llevando a los sumisos hasta el límite que han acordado, pero nunca más allá. El BDSM provee una oportunidad para todo el mundo de experimentar con el poder de tomar y rendirse, sintiéndose siempre a salvo y atendido. La gente que disfruta del BDSM afirma que se convierte en una asombrosa intensidad erótica.


¿Qué es la intimidad?
Las autoridades en relaciones humanas definen la intimidad como una comunicación emocional clara, franca, y auto-reveladora. Pero mucha gente equipara "intimidad" con"sexo". Ser íntimo es ser sexual y viceversa. Solo que no es así. Se puede ser sexual con una persona a la que apenas conoces, el "perfecto extraño".




Muchas parejas no discuten demasiado sus relaciones sexuales, lo que disminuye la intimidad. Pero el BDSM requiere absolutamente de una discusión detallada y continua. Los jugadores deben planificar cada aspecto de la escena por adelantado, y evaluarlos después. Muchos aficionados del BDSM dicen que estas conversaciones previas a la escena son íntimas, eróticas y refuerzan la relación, tanto como las propias escenas. Y las parejas que disfrutan ocasionalmente del juego de poder, pero no están exclusivamente enmarcadas en el BDSM, a menudo señalan que esto potencia su sexo no-BDSM o "vainilla" porque la práctica que adquieren negociando las escenas les facilita el poder discutir otros aspectos de su sexualidad. Las habilidades necesarias para el BDSM incluyen confianza, una comunicación clara, auto-aceptación, y aceptación de la otra persona. Estas mismas habilidades enriquecen las relaciones y el sexo - no importa como los practiques."

Michael Castleman

PSYCHOLOGY TODAY

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Cómo ser un DIOS del SEXO ORAL

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