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DomOctavio H

Ayer alguien me pregunto, sobre la rutina sobre su necesidad en algunos aspectos de la vida, sobre  que necesitamos cierto orden y ciertas normas para estar cómodos y en cambio lo malo que puede ser ese orden y esa repetición en otros aspectos, como puede coartar la imaginación, que es tan necesario en otros.

 

Así que hoy me voy a pasar al otro extremo de la balanza, voy a escribir algo sobre improvisar, que muchas veces es necesario, no siempre sale todo según lo previsto y es en ese momento donde la capacidad de imaginación debe hacernos salir airosos. Entiendo la improvisación como un recurso de emergencia en nuestra vida diaria, pero hay un aspecto de nuestra vida, donde la improvisación deja de ser un recurso para salir del atolladero y se convierte en un arte, en un aliciente más y en una parte imprescindible, la improvisación es norma obligatoria de la intimidad y más aún en nuestra fantasía, que es una fantasía muchas veces por etapas, unas entrelazadas con las otras, puedes tener al inicio un desarrollo planeado que las circunstancias te lo puede ir variando si tienes esa capacidad de improvisación, además nuestro juego se desarrolla siempre cuando acontece algo, que lo inicia y desde ese momento ya es ir sobre la marcha.

 

De nuevo una contradicción, un juego cuya base, son unas normas, unos protocolos y que en cambio tiene tanto espacio para improvisar, para innovar, para inventar, quizás en un principio sea más adecuado ceñirse a lo estrictamente conocido, pero a la que pasa un tiempo, a la que hay cierto conocimiento es mucho más divertido que lo previsto no suceda tal y como se prevé o bien dejar cierto lugar para lo imprevisto, las dudas pueden generar inseguridad es verdad, pero también provocar muchas mariposas si se hace con conocimiento, una fantasía es imaginación e imaginación sin lugar para la improvisación, es solo previsión
DomOctavio H

Este relato, sobre algo que muchos conocemos y sabemos lo difícil y emocionante que es, cuando conoces a alguien, que intuyes especial y entre los dos hay eso que llamamos distancia, que puede frenar muchas cosas, pero que no es nada frente al deseo ,el deseo no conoce de distancias. Espero que les guste.

 

Inés mira a la ventana, ya no siente nada y busca algo en la inmensidad del espacio, no sabe bien qué es. Héctor recoge sus cosas y se marcha. Esa misma noche, ambos encienden sus portátiles y entran al chat.

 

MissSunshine: Ya te echaba de menos por aquí.

FiveMinuts: No me lo puedo creer.

MissSunshine: Creételo.

 

Cuando Inés vio que Héctor se había conectado el corazón le dio un vuelco. No había dejado de pensar en la conversación del último día.

 

FiveMinuts: Pequeña Inés, ¿pensaste en lo que te dije?

MissSunshine: Cuando estaba tocando el piano esta mañana, no dejaba de pensar en la comparación de mi cuerpo con las teclas que tú tocarías en armonía.

FiveMinuts: ¿Eso es un sí?

MissSunshine: ¿Cuánto tiempo llevamos hablando, Héctor?

FiveMinuts: Como un mes, ¿por qué?

MissSunshine: Porque necesito sentir tus labios contra mi piel, necesito sentir tu delicadeza y tu brusquedad, yo no puedo quedarme sin probarte.

FiveMinuts: Mi dulce Inés… ¿aguantarías?

MissSunshine: ¿Lo dudas? Alomejor el que no aguanta mi ritmo eres tú.

 

Tras la conversación de esa noche Inés se tumbó en la cama. Sus pequeñas y blancas manos trataban de apartar el enmarañado pelo negro de la cara. ¿Qué podía haber visto Héctor en su figura etérea? Pero algo muy fuerte tenía que ser para que él se decidiera a coger el coche, ir a por ella, y llevársela a un hotel. Hacía tiempo que sus ojos grises miraban al techo de la solitaria habitación en la que se encontraba, buscando un Héctor que quisiera besar sus labios.

 

Mientras tanto él hacía la maleta pensando en ella. Imaginando desnudar suavemente su fina piel, imaginando pasar los dedos por su negro pelo y apartárselo de la cara, imaginando tener a Inés en su cama. Vivía convencido que con solo cogerla muy fuerte ya le dejaría marcas, que era el ser más delicado que conocía, que podía hacerle daño solo con mirarla. Pero necesitaba sentirse entre sus piernas. Ponerla a prueba, saborearla, palparla, verla entregada a él. Necesitaba sentirla suya aunque solo fuera una noche.

 

Un coche paró frente a la puerta de Inés. Ella salió colocándose el abrigo a toda prisa y olvidando liberar al pelo del cuello del jersey. Cuando Héctor la vio enmudeció. Era más bella aún ahora que podía sentir su perfume. El deseo candente se marcaba en sus ojos, deseaba a esa pequeña ninfa de mirada traviesa y despreocupada como probablemente no había deseado nada en mucho tiempo.

 

-Estás preciosa. –Los ojos le brillaban.

-Tú pareces el mismísimo Diablo.-Reía.

 

Y es que Inés hubiese hecho un trato con el Diablo solo para verse en los brazos del moreno de ojos verdes. Habría hecho lo imposible por acariciar su pelo, su pecho, besar su cuello. Confiaba en él, quería dejarse en sus manos. Enloquecía pensando en ese momento.

 

-Mejor nos saltamos la cena.-Apartaba un mechón rebelde de su cara.

-Buena idea, tengo más hambre de ti que de pasta.-La miraba con ternura.

 

La cena estaba prevista en un restaurante italiano, el favorito de Inés, pero ya no importaba. El hotel era sencillo y discreto, los típicos a los que van los amantes. Inés amaba eso, no quería una habitación lujosa y con jacuzzi o champán y rosas, ella solo quería cualquier cama en la que entregarse a Héctor. Con una ventana a la que mirar de madrugada, mientras él durmiera desnudo entre las sábanas mojadas. Y es que se compenetraban tan bien. Sus largas conversaciones habían dado frutos, y ahora creían que se conocían el uno al otro lo suficiente. La mirada que dio inicio al desnudo fue arrolladora. Héctor la miraba como quién mira al mayor logro de su vida. La blanca y fina piel de la ninfa iba siendo más visible a medida que el Diablo le arrebataba primero el jersey, luego la camisa, luego la falda, más tarde la dejaba en completa desnudez. De pie frente a él mientras la observaba, era una mezcla de pasión contenida y temor lo que corría por sus venas, un temor inexplicable, tal vez a acabar convirtiendo ese esperado encuentro en algo decepcionante. Entonces la fémina se acercó. Comenzó a despojarle de cada una de las prendas de ropa con habilidad y rapidez. Hasta que por fin pudo entrar en contacto con su fuerte y oscura piel.

Abrazados dos desconocidos, desprendidos de cualquier atuendo en un hotel. Inés jura que jamás ha sentido mayor armonía. Héctor la coge en brazos y la tiende sobre la cama, se abalanza sobre ella, lleva tanto tiempo esperando este momento que no se podrá contener. Los labios de ella se entreabren dejando escapar jadeos cuando las manos de su dueño bajan desde el vientre hasta el sexo. Y el Diablo besa a su presa con mayor fuerza, juegan las lenguas, se eriza la piel. Inés también acaricia, también sostiene, también enciende. Y cuando menos lo espera la pequeña ninfa suelta un grito. Y el cuerpo del uno embiste el de la otra y agarra con fuerza sus muslos.

Cuando separa los dedos han dejado marcas, tal y como él esperaba. La convierte en su gata y a ciegas y a gatas ella simula que escapa y él la agarra, la coge del pelo, acaricia su cuello, besa su espalda y la tranquiliza con suavidad. Y son sus manos las que agarran las nalgas y con fuerza arremete la cintura, y la gata no cesa en sus gritos. Y de placer la mata. Y cuando él así lo siente, la abraza. La besa. Mira con la esmeralda al lapislázuli. Roza los rojos labios con los dedos, sonríe y hasta se le escapa un te quiero.

DomOctavio H

Si tuviera que existir, (igual existe ya, con tanta tontería  un día internacional del pijama, sin duda el más adecuado sería hoy, el 1 de Enero. Vamos estoy seguro, que muchos y muchas, no se la van a  quitar en todo el día y bien que hacen.

 

Así que de pijamas voy a escribir, más que nada porque es uno de mis fetiches ,más raros, me parecen eróticos los pijamas….y no hablo de camisones de seda cortitos, ni culotes ajustados y camiseta de tirantes, no ,no, pijama de invierno gordo afelpadado, de pantalón y camiseta de manga larga. Sé que para mucha gente seguro que es el anti morbo, pero a mí me parece todo lo contrario morboso. Para empezar son muy caseros, como muy de hogar, de calorcito, de intimidad. Luego se prestan mucho y además es fácil, meter unas manos juguetonas por dentro y en los días de frío inviernos calentarlas con el mejor calor y más ecológico que existe, el calor de la piel. Es relativamente sencillo de quitar si la ocasión se pone más caliente aun, los pantalones con goma, de un tirón están en los tobillos y muchos encima tienen unos enormes botones en la camiseta también muy sencillos de quitar.  Y para jugar a nuestro juego se prestan mucho, son o al menos yo así el percibo como muy “spankos”, solo imaginar se me viene a la mente una imagen. Un rincón ocupado, con alguien en pijama, esperando instrucciones, con el pantalón del pijama bajado hasta las rodillas, mientras yo observo la escena sentado en el sofá……o me acuerdo como alguien fue capaz de excitarme como nunca por Skype, sin enseñarme nada, sin sugerir nada, simplemente poniéndose boca abajo en el sofá, vestida con un pijama y con cara de picardía……

 

Pues bien, feliz día del pijama a tod@s

DomOctavio H

Hoy primer día del año, Es viernes 1 de Ene. de 16 y quiero  escribir algo sobre prácticas o juegos alternativos, al central del blog. Pero en este caso más bien, es un juego complementario, como varios usos, como puede ser provocación, preparación, o recordatorio de lo ya pasado.

 

Es una práctica, que puede generar reparos o en cambio mucho morbo. Es la fotografía erótica, como juego erótico  Hoy en día todos tenemos al alcance, dispositivos que nos permiten realizar fotos de calidad decente, instantáneas, sin necesidad de revelados y que encima podemos compartir, desde el mismo momento que se hacen y sin que la distancia sea impedimento alguno, para el disfrute de las mismas. Y esa facilidad hace que todos seamos un potencial fotógrafo erótico, incluso auto fotógrafo en un momento dado. Jugar con enviar fotos, como provocación para producir mariposas, fotos que pueden ser sugerentes, evidentes o muy evidentes, fotos que transmitan que deseamos, que produzcan mariposas y sonrisas. Podemos fotografiar reacciones, momentos y una foto también nos puede servir, para ver a esa persona, cuando por el motivo que sea no lo podemos ver. Podemos hacer un reportaje fotográfico con distintos vestuarios, es distintas posiciones, o guardarnos un recuerdo de aquel “juego”, para revivirlo después al volver a verlas. Eróticas artísticas o directamente porno, cada cosa tiene su momento. A mí personalmente es algo que me atrae, aunque entiendo que requiere de confianza, dejarse fotografiar, en situaciones comprometidas, es algo que solo se debería hacer en confianza, desgraciadamente todos hemos escuchado, sobre casos, donde después se han utilizado sin permiso y se han publicado a la vista de todo el mundo. Y hay que ser muy hijo de puta, para hacerle eso a quien tanto confió en ti.

 

Pero haciendo un buen uso, me parece un jueguecito, la mar de sugerente y divertido.

DomOctavio H

Cuando llega este tiempo y en especial este día, queramos o no todos hacemos un repaso al año que en horas dejaremos atrás y también es inevitable iniciar el nuevo año con planes y propósitos, que luego todos sabemos que la mayoría no se cumplen, al final acaban mandando las circunstancias sobre los deseos muchas veces.

 

Esta semana, me estoy acordando mucho, de esta misma semana hace justo un año el 2014, toda la ilusión y energía que tenía puesta en el 2015, año para el que había un proyecto que debía ser el definitivo, pero al poco de empezar el año nuevo todo se fue al traste y eso trajo una seria de efectos secundarios casi todos malos, pero alguno bueno, como crear este blog. La idea inicial fue la cerrar un circulo que yo pensaba incompleto en aquel momento y ha tenido que llegar la última semana del año, para darme cuenta que no era así, que el circulo se cerró el mismo que día, que aquellos proyectos quedaron en suspenso y que el final de un ciclo aunque en ese momento no queramos darnos cuenta, es a su vez el inicio del siguiente, así es la vida. Por eso hoy día 31 de Diciembre, sé que este blog no fue el fin de nada, si no el principio de mucho y que espero puedan seguir acompañándonos en este camino, el año que empieza en unas horas.

 

Una vez alguien me dijo, que para que los sueños se cumplan, lo primero es creer en ellos y lo siguiente luchar por ellos, yo solo deseo de corazón para el año que viene, que crean y luchen por todos sus sueños, quien me lo dijo hace muy poco cumplió el suyo, en el que siempre creyó y por el que nunca dejo de luchar. También agradecerles de corazón a todos y cada uno de ustedes, que han perdido unos minutos de su tiempo en leer a quien aquí escribe, estoy seguro que muchas veces han entrado en busca de algo interesante y a cambio solo han encontrado una retahíla paranoico-filosófica y aun así repiten, muchísimas gracias estas las hago extensivas a todos, gracias también a todos los que encima han comentado y expresado su opinión, que sepan que son la gasolina que me hace sentarme cada día delante de teclado, espero seguir contando con su aportación y su energía el año que viene.

 

La filosofía oriental dice aquello, que dentro de lo malo, siempre hay algo bueno y dentro de lo bueno, siempre hay algo malo, quizás por eso dentro de un año malo, he tenido un último mes de esperanza, espero y deseo que ustedes, tengan un año completo que ya nos toca a todos y por supuesto que se cumplan todos sus, sueños, esperanzas y fantasías.

 

FELIZ 2016!!!!!!!!!!!!

DomOctavio H

Sí, ya. Todo de lo que hablamos acaba resultando ser “un pilar fundamental en cualquier relación BDSM”… Básicamente porque todo son distintos aspectos de lo mismo y están todos tan íntimamente interrelacionados que no es posible unos sin los otros. Y de hecho, es así en cualquier tipo de relación, sea bedesemera o no, de pareja, familiar, de amigos, de negocios,… Pero aquí hablamos de relaciones BDSM, que para eso es un blog del tema.

 

Las relaciones BDSM en cualquiera de sus posibles versiones y variaciones (D/s, Sm, larga duración, encuentros ocasionales, pareja, múltiples, abiertas, cerradas, acuerdos para bondage, o lo que sea) requieren un importante ajuste entre sus miembros de las necesidades, deseos y expectativas de cada uno de ellos, ya que el éxito de la relación está en que ambas partes se complementen y todos encuentren lo que buscan y desean de forma satisfactoria. Si no hay una comunicación fluida y exhaustiva, ¿cómo hacerlo?

 

El dar por entendidas las cosas, el presuponer que el otro piensa lo mismo que yo sobre cómo va a discurrir nuestra relación, qué vamos a hacer y qué no, bajo qué parámetros… puede llevarnos a descubrir, cuando ya es tarde, que hay importantes incompatibilidades entre nosotros. Que nuestros irrenunciables y nuestras limitaciones no cuadran, que no buscamos lo mismo. Tal vez hablamos mucho de cosas que nos emocionaban o nos ponían a cien, pero nos dejamos temas en el tintero que ahora suponen un importante obstáculo, y ahora resulta que “es que esto no era lo que yo creía que iba a ser…”.

 

Entonces llega la frustración, los desengaños, la desilusión, los reproches…

 

No vale aquí el “todo el mundo sabe que cuando se dice tal cosa, quiere decirse…” ni cosas parecidas. No basta con decir “todo será muy SSC”. Hay que hablar, hablar de todo lo que podáis imaginar, llamando al pan pan y al vino vino. Y después de hacerlo, hay que pensar en más cosas que puedas imaginar y hablarlas también.

 

La sutileza, la retórica y los adornos están muy bien para algunos momentos, son también fórmulas de comunicación, más románticas o poéticas y alimentan ciertos aspectos de muchas relaciones, pero para construir y luego mantener una relación, no podemos fundamentarla en poesía. Hay que COMUNICARSE mucho y bien. Y por desgracia el comunicarse de forma asertiva no es una habilidad que generalmente las personas dominemos y ejerzamos de forma  habitual.

 

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En ocasiones, en una relación D/s, un mal entendido deber de acatamiento de la parte sumisa respecto a los deseos y órdenes provenientes de la parte dominante, genera una incomunicación que acaba siendo letal para la relación. Tal vez menos frecuente, pero igual de peligrosa, es la suposición de que la parte dominante es todopoderosa y no tiene dudas, ni nada que deba comunicar y compartir con sus sometidas.

 

Por muy estricta y protocolaria que sea la relación que hayáis elegido mantener, siempre debe haber una vía para la comunicación. Tiene que haber espacios y momentos para que se puedan plantear con sinceridad las necesidades de todos los implicados, para que los desajustes y problemas sean conocidos por todos, puedan solucionarse de forma constructiva y sea posible continuar avanzando. El “yo mando y tú obedeces”/”yo sólo estoy para obedecer sin hablar”, no sirve de nada cuando uno de los miembros de la relación no es feliz, por mucho que se haya acordado previamente un intercambio de poder más o menos intenso.

 

Las personas sumisas SI tienen necesidades, deseos, problemas,… y deben encontrar en la relación la satisfacción real de ellos o la cosa no funcionarán.

 

Y la parte dominante, además de tener también necesidades más allá de empuñar una fusta, NO es adivina. No es verdad eso tan bonito de que con ver el palpitar de tu piel y mirar el profundo de tus ojos va a saber qué necesitas en cada momento.

 

La comunicación no verbal es importantísima, pero no puede sustituir la eficacia de cien conversaciones transparentes y sin tapujos.

 

Mi consejo para terminar, es que dediquen tiempo a hablar no solo temas BDSM. Un café,  hasta un almuerzo fuera de rol de vez en cuando donde puedan conocer a su sumisa y volverte no el amo sino el amigo, es algo que fortalecerá la relación, y su sumisa agradecerá más que cualquier otra cosa
DomOctavio H

Un paseo. Las calles se abren como las vetas del mármol pulido y brillante. Mil edificios como atalayas desde donde los hombres esperan e inventan mil vidas escondidos en sus rincones, mil destinos por cumplir con cada ser humano que camina distraído, y que podría abrir con sus ojos las puertas del paraíso. Pero ellos nada saben. Tienen los tentáculos rodeándoles el cuello, amasando las costuras de su cuerpo con la feroz dulzura de un deseo. Caminan ajenos, se consumen como el cuerpo iridiscente de una cerilla. Cada flor es una tragedia que olvidar pero intensa como un crepúsculo. El cielo sangra y sangramos todos. Hinco las rodillas en la arena y mi reverencia no aplaca la caída cárdena del sol. Desde esa ventana alargo mis manos invisibles, profiero los susurros mas delicados mientras el mundo baila moviendo el vientre y los tambores crepitan quemando los campos del pudor. No puedo dejar de imaginarme que sería si mis suplicas ahogadas fueran atendidas, si cada fruto de la tarde resonase con mis caricias y quisiera contar un cuento dentro de otro cuento hasta agotar los pulmones de la imaginación. Querría vivir mil historias silenciosas. Que la muerte se vistiera de negro, de negro pupila, y las voluntades se condujeran bajo el hechizo de ser una serpiente enroscada y trémula, música para mis oídos, música para perder esta perfecta individualidad. Izo las velas, tiendo los remos y diviso que el horizonte huele a alquitrán. Preparo mi barco furtivo hecho con las entrañas de mil hombres desalentados. El cielo augura tormenta pero mi sonrisa conjura los vientos que han de llevarme hacia la conquista. La marea es débil, un rumor sordo tendido como el telón del infortunio. No me importa. Soy una pirata hambrienta de tesoros, de corazones que cambiaré por los míos. Navego alucinada con la obsesión del abordaje. Mil hombres y mujeres han de sucumbir a mis redes. Llevo en el pecho la canción de la sirena. El aire gris de los adoquines se tornará melifluo a través de mi garganta. Quién reciba mi evangelio olvidará la inteligencia de sus pasos y me pedirá que le aúpe a mi embarcación hecha de anhelos. Las calles son enjambres que rezuman la apatía del conformismo. Atravesare sus mejillas de nácar y vertiré mi sangre sobre las alcantarillas. No quedará una fuente sin el olor del vértigo y la viscosidad de los efluvios prohibidos.

 

 Allí está. Sorbe su café y sus labios se le arrugan entre espirales de vaho. Está sentada frente al espejo, traslúcida como una medusa de largos y ensortijados brazos, inaccesible como la luna. Me detengo frente a ella y mis piernas querrían atravesar mil continentes antes que permanecer quietas para que yo la contemplase. No las culpo. Son las hijas del miedo primordial como cada una de mis células, infectadas desde su primer desdoblamiento. Pero ya no temo. Gobierno un barco fantasma construido con la fe del delirio y la fragancia de mil rosas ensangrentadas cuyo último estertor conservo en un frasquito de cristal. Su cara brilla con la baba áurea del sol. Es porcelana esmaltada por las manos del único misterio. La sangre se remansa sobre los labios fruncidos, duros como la invisibilidad que nos separa. La miro enloquecida, mis ojos sobrevuelan su frente como dos cometas desorbitados, consumiéndose sin que su estela pueda despertarla, conmoverla. Atravieso el umbral de la vigilia y me conduzco a su lado. Sigue distraída. No me ve ni me huele. Recorre las praderas de Júpiter o se desliza en patines por los anillos de Saturno. Quizá imagina también su barco alado y solo espera el guiño del mar para vivir. Acerco mi cara a la suya. La distancia no existe cuando el miedo no puede ya medirla. Poco importa que me descubra oliendo su cabello, rozándola con mi nariz hasta el estremecimiento. Ella está en Júpiter y yo soy un ángel caído. Continúo mi danza de redención durante lo que me parecen mil eternidades. Cierro los ojos. Hacia donde me dirijo no hay ya nada que ver. Tiendo mi mano y ella tiende la suya. Siento el ritmo del mundo en cada intercambio. Vida y muerte correteando por sus bronquios en un repiqueteo que podría interrumpirse en cualquier momento. No debo perder mas tiempo.

Pero, ¿acaso el tiempo se pierde cuando nos fundimos en la verdad? ¿Acaso la vida pasa cuando reposamos sobre dunas sedosas de un cuerpo humano? No lo creo. Tengo la calma de una nube peregrina. Sé que al fin estoy donde debo. Que mis deseos son una dinfonía perfecta y ella una bella e infinita caja de resonancia. Giro la manivela y la bailarina entona du canción. Despierta de su abismo y me sonríe con la suavidad de un dios. Pronuncia mi nombre. Lo repite. Una vez. Otra. Mi cuerpo la abraza y juntos estallamos como rompe la autora, como rompe el principio y el amor, la muerte que siempre quise para mí.

Ahora me habla y su voz no se oye, la siento tronar en mi alma: eres mi reflejo…

DomOctavio H

En esta entrada me gustaría contar con su ayuda, me gustaría que ayudaran a resolver una duda que me embarga y me explico.

 

Todos en algunas ocasión hemos usado el sexo (imagino que el spanking lo entendemos también como sexo, con sus características especiales, pero sexo al fin y al cabo), como medio para canalizar. Y el ejemplo más claro de ello, es ese dicho popular, que dice que: “lo mejor de las discusiones, son las reconciliaciones”. Ejemplo claro de que a través del sexo, canalizamos una situación incómoda o de malestar.

 

Dentro de los juegos, un ejemplo evidente sería un tema del que ya hemos hablado en varias ocasiones, usar el spanking, para resolver una situación de estrés, el típico mal día que todo ha salido mal y se busca juego para canalizar ese disconfort. En los dos casos expuestos el sexo además de su papel principal de actividad gratificante y divertida, cumple un papel de medio para canalizar una situación incómoda o de malestar, para olvidar y es algo que creo que todos hemos hecho en más de una ocasión.

 

Ahora bien, también intuyo que muchas personas, en un determinado momento, no solo pueden usar el spanking como medio de canalización, si no también es usado como medio de satisfacción. Ósea como manera o apoyo para conseguir satisfacer unas necesidades que van más allá, del deseo sexual y de en un momento determinado olvidar un mal día. Que son necesidades más profundas y arraigadas, cuyo origen no tiene nada que ver con el sexo, ni con el spanking y que sin embargo a través de los juegos son plenamente satisfechas de manera indirecta. Me estoy refiriendo a colmar a través del spanking, una necesidad de atención, de protección, de sentirse querid@ o desead@, de ser visible no solo en lo bueno y evidente, sino también en los defectos y lo que se muestra.

 

¿Y ustedes que piensan, puede ser el spanking un medio de satisfacción, de necesidades, mas allá de las estrictamente sexuales? Ahí dejo la pregunta.

DomOctavio H

Algunos creen que por tener experiencia en estos juegos se conoce al dedillo los entresijos; pero qué va. Aun a día de hoy me sorprendo con cada uno de ellos porque mi camino de baldosas amarillas tiene una característica: nunca se repite una baldosa. A simple vista parecen iguales pero con

 detenimiento se aprecian un sinfín de matices.

 

 Sin duda, la sensación que más mariposas crea y no siempre se desata igual es la que hace sentirme poderoso asumiendo el control. Un simple detalle o gesto, puede cambiar mucho la percepción de un juego y por ello las sensaciones; incluso dentro de ese gesto, hay un sinfín de detalles que pueden provocar muy distintas sensaciones, según cómo juguemos. Con ese revoloteo de sensaciones tan dispares y a la vez armónicas, devoramos nuestra inocencia dejando las buenas formas en el rincón, consiguiendo que tu cuerpo se abandone a mi antojo, sintiendo ambos que la mente vuela en una tormenta de emociones.

 

 Incluso repitiendo el mismo ritual, la postura, el instrumento o el número de azotes, las sensaciones no se repiten. La incertidumbre conocida, la comodidad incómoda, el goce doloroso, la ternura violenta, la dominación amorosa, la protección rigurosa, son algunas de las sensaciones que experimentamos tú y yo a medida que jugamos y aun conociéndolas nunca se repite ni la forma ni la intensidad de las mismas. Todo ello hace que ambos no dejemos de sorprendernos y disfrutemos como si del primer juego se tratase.

 

 La realidad es que un juego no será dos veces igual, ni en sensaciones sentidas ni en emociones perseguidas. Haciendo de cada paso en el camino, todo un juego divertido, sorprendente e inigualable.

DomOctavio H

Una azotaina siempre tiene un doble objetivo, que se fusiona durante la misma: dolor y placer o más bien hacer de dolor un placer, pero la forma en la que se aplica puede variar mucho la supremacía de una sensación sobre la otra. Si se desea que predomine el placer, la azotaina debe de aplicarse de forma gradual, dándole la oportunidad a la carne de aceptar su entrega. Si lo que se pretende es potenciar la sensación de dolor, se trata de crear una coreografía, para resaltar el dolor y la humillación (dentro de un límite).

 

Para ello la posición de la azotaina juega un papel fundamental, si queremos que predomine el placer, una posición cómoda y relajada, es lo ideal, Cuanto menos se dobla la cintura, el relleno natural de las nalgas mejor absorbe el impacto, cuanto más se dobla la cintura, la piel y los músculos quedan más tensos y mayor es la picadura de cada azote. Entonces si buscamos una azotaina que potencie el placer no ha mejor posición que otk (sobre las rodillas), ya que permite un vinculación directa y además la sensación de luchar sin que tener que luchar contra la reacción instintiva de huida, para así concentrarse en las sensaciones que está sintiendo y transformarlas en placer. El contacto corporal directo que otorga esa posición es tranquilizador y relajante, ya no solo la palma de la mano, si no que la mano libre en la espalda o las piernas debajo provocan un contacto físico constante, eso lleva a conseguir un disfrute del dolor, permanecer en la cima del mismo, sin caer al abismo, que queda tapado por una bruma de endorfinas que difuminan la dualidad entre dolor y placer.

 

“Si la intención es que domine el dolor, la posición elegida será con la cintura más doblada, hay muchísimas posiciones con más o menos grados de inclinación, en este caso no hay sujeción de ningún tipo, salvo la orden de que debe mantener su posición hasta que se le diga, eso provocara una lucha entre la reacción de huida y la reafirmación de su presentación y cada segundo que permanece inmóvil aumenta la sensación de humillación y vergüenza. En cuanto a mí, el placer de control absoluto ante la escena es inigualable.

 

Cuando se azota potenciando el placer, los azotes se empiezan a aplicar de manera suave y progresiva, me gusta la idea de empezar con la ropa puesta, seguir por encima de la ropa interior, para terminar con la piel desnuda, haciendo pausas, para acariciar y comunicarse durante las mismas, esas pausas son fundamentales, para que la próxima tanda se genere una natural resistencia al dolor y se pueda aumentar el ritmo y la intensidad, conforme vayamos notando un aumento del dolor, esas caricias se pueden transformar en más íntimas, estimulando directamente la zona genital, mezclando así el ardor de los azotes, con el placer de la estimulación sexual, con el objetivo de mantenerse siempre en esa invisible frontera de dolor y placer, disfrutando de como la piel va mutando del ligero rosado al brillante escarlata.

 

Cuando se trata de potenciar la experiencia dolorosa hay una norma a tener en cuanta, el efecto de un azote, no puede diluirse antes de recibir el siguiente, tal vez la mejor manera de asegurarse esa sensación, es usar instrumentos, también hay que insistir en algunas zonas en especial, más sensibles, como el pliegue de las nalgas con los muslos. También se trata de aumentar la humillación y la vergüenza y contar los azotes por ejemplo es un buen sistema, ya que se toma conciencia de cuantos más tiene que soportar y de alguna manera es consorte de su propio castigo.

 

Una vez terminados los azotes, también debemos asegurarnos de una correcta vuelta a la normalidad. Dependiendo de la intensidad del juego, esa vuelta puede ser de muchas maneras, a veces basta con un abrazo o simplemente con tiempo de silencio para permitirle que ella sola vuelva al estadio inicial, otras puede derivar en sexo casi inmediato, en una larga sesión de caricias con la aplicación de cremas o refrescar la zona, algo que puede ser un placer en sí mismo. Otras veces se impondrá un periodo de cuarentena, que alargue psicológicamente el castigo, un tiempo en el rincón, la prohibición de aliviarse el escozor de ninguna manera, tener que sentarse en una áspera silla o incluso ser poseída en la misma posición de la azotaina, haciendo que a cada embiste las pieles choquen, la variedad de finales es muy amplia y debemos elegir el que mejor se adapte a las sensaciones que queremos crear.

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